Cien años después, el
Athletic deja una casa llena de recuerdos, gestas y míticos futbolistas para
pasar a otra, también con el nombre de San Mamés, que está edificada con una
arquitectura moderna y amable con el exterior, de forma que se acerque e
identifique con la ciudad de Bilbao.
La cercanía de la grada
con el césped es tremenda. Otros dos aspectos clave de San Mamés son el color
rojo intenso y la gran cubierta, que se despliega justo hasta la vertical sobre
el césped para envolver todo el campo. Cabe recordar que la grada, que es
tremendamente vertical, está todo lo cerca del césped que permite la FIFA.
El nuevo estadio ha sido
edificado en dos años y dos meses, un tiempo récord. El recuerdo de la vieja
“Catedral” quedará para siempre en este estadio de San Mamés, ya que la grada
sur que falta por levantar (hasta ahora se han construido tres cuartas partes
del campo) irá justamente sobre lo que era la Tribuna Principal
de la “Catedral”.
El nuevo San Mamés es todo
un privilegio para sus aficionados. El impacto visual del campo es increíble e
impresionante; todo de un rojo intenso que, unido a su peculiar “cerramiento”,
convierten a San Mamés en un “primo-hermano” de estadios como el del Benfica o
el Arsenal. Su diseño es semejante al que pueda tener un Coliseo romano, y esto
hace que los futbolistas no puedan ver el estadio desde el túnel y solo oigan
el intenso griterío de una afición ejemplar como la bilbaína.
En mi opinión, lo que más
impresiona del estadio es la cubierta. Tiene una estructura impactante
orientada al círculo central para centrar exclusivamente la atención y la
presión en el terreno de juego, iluminado por focos incorporados al soporte de
la propia cubierta. Otro aspecto a tener muy en cuenta es la gran sonoridad que proporciona este estadio, envolviendo a los jugadores en una atmósfera de gran intensidad, al estar empujados constantemente por su afición.
Con este nuevo estadio el
Athletic pasará a tener de 34.373 socios a 41.000, lo que supone un 19% más.
Este nuevo estadio aspira a tener la acreditación ELITE de la
UEFA. La cantidad mínima de espectadores para
tener esta acreditación es de 50.000. El coste de este nuevo estadio está
cifrado en 173 millones de euros, ocupando una superficie de 33.838 metros
cuadrados y con una altura máxima de 37 metros . Los días de
partido el campo tendrá una iluminación roja intensa y cuando el Athletic
marque gol parpadearán unos leds. Destaca un gran arco al final del túnel de
salida de los jugadores, que es retráctil para no impedir la visibilidad del
espectador, así como la presencia del busto de “Pichichi”, que irá colocado en
la parte superior de la tribuna principal baja.
Kutxabank y el Gobierno
vasco han aportado 50 millones de euros cada uno, al igual que la diputación de
Bizkaia. El Athletic ha puesto 33 millones de euros y el Ayuntamiento de Bilbao
también ha contribuido a la causa aportando 11 millones euros. La verdad que
toda la ciudad se ha volcado con este proyecto. Es una ciudad que se siente
plenamente identificada con su equipo, sus colores y su filisofía, y que cada
domingo abarrota las calles y los bares de Bilbao para dar aliento y empuje a
los suyos hasta el último segundo; algo que sin duda es admirable en los
tiempos que corren.
San Mamés aún crecerá más,
pero esto no se producirá hasta la primavera del año 2015, aproximadamente;
momento en el que la obra habrá concluido y hará que San Mamés disponga de más
de 53.000 localidades. Por todos estos datos que he descubierto, considero que
San Mamés sería un estadio perfecto para disputar varios partidos de la Eurocopa de 2020,
convirtiéndose por tanto en un serio aspirante a la causa.
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